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La leucemia mieloide aguda se caracteriza por expandirse a gran medida mediante el torrente sanguíneo a todo el organismo, su desarrollo tiende a ser en el sistema nervioso central

La leucemia mieloide aguda (AML) inicia en la medula ósea que es el tejido blando que se encuentra en el interior de los huesos, el lugar donde se producen células sanguíneas, esta enfermedad se caracteriza por expandirse en rápida medida a otras partes del cuerpo, en los que se encuentran los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, el sistema nervioso central y los testículos.

Según la American Cancer Society esta enfermedad se desarrolla a una mal formación de células que se iban a transformar en glóbulos blancos, además este padecimiento tiende también a originarse en otros tipos de células formadoras de la sangre.

Es muy necesario tener en cuenta que para todo tipo de cáncer conocer el estadio o el avance de la enfermedad es importante con el fin de determinar un diagnóstico exacto y poder iniciar un respectivo y adecuado tratamiento, sin embargo, la AML no presenta evidencias notorias de la enfermedad como tumores, es por eso que una detección exacta dependerá de exámenes de laboratorios que determinarán la extensión de esta leucemia.

Conocer los subtipos de la AML es esencial para que la persona y el especialista sepan que tratamiento es el mejor para una pronta recuperación, ya que muchas veces esos subtipos tienden a empeorar por algún procedimiento si no se ataca con el adecuado fármaco o terapia.

Clasificación de la AML

En genética una translocación de un cromosoma es el desplazamiento de un segmento del mismo a un nuevo lugar en el genoma (conjunto de genes que se encuentran dentro del cromosoma), el intercambio de posicionamiento o segmento de dos cromosomas no homólogos se denomina translocación recíproca, el método más sencillo de esta actividad es cuando los brazos de estos cromosomas se aproximan de tal manera que el intercambio sucede.

Según la organización mundial de la salud (OMS) la leucemia mieloide aguda, se clasifica según algunas anomalías genéticas como:

• AML con una translocación de los cromosomas 8 y 21.
• AML con una translocación entre los cromosomas 6 y 9.
• AML con una inversión en el cromosoma 16.
• AML con una translocación entre cromosomas 9 y 11.
• AML con una inversión en el cromosoma número 3.

Pronóstico de la AML

El subtipo de la AML es muy importante porque permite definir cómo actuar frente a esta alteración cromosómica, lo que facilita una implementación de terapia que favorezca al paciente dependiendo del cambio genético que posea, es por eso que algunos pacientes presentan mejores pronósticos que otros, estas se clasifican en:

• Mutaciones genéticas: aquellas personas que poseen una alteración en sus genes tiende a tener una recuperación o pronostico menor que aquellas que no lo presentan.
• Marcadores en las células leucémicas: si estas células tienen la proteína CD34 o la glicoproteína P en su superficie, se asocia con un peor diagnóstico.
• Edad: algunas personas envejecientes tienden a tener pronósticos más desfavorables que los jóvenes, pues tienden a presentar mas anomalías en sus genes, además debido a otros padecimientos no pueden recibir algunos tratamientos en gran concentración.
• Infección: las infeccione sanguíneas están relacionadas con una detección desfavorable para el paciente.
• Células leucémicas en el sistema nervioso central: la leucemia que se ha expandido en zonas del cerebro o la medula ósea, tiende a ser muy compleja de tratar ya que procedimientos como las quimioterapias no llegan a ser eficaces en estas zonas.
• Recuento de glóbulos blancos: un recuento de altos glóbulos blancos está relacionado con una mala predicción.
• Trastorno sanguíneo: el síndrome mielodisplásico, está relacionado con un mal diagnóstico y recuperación de un paciente.

Es importante que se conozcan algunos tipos de cáncer que están ligados totalmente a la genética, ya que no presenta síntomas exactos, es necesario que se lleve un control riguroso con un especialista, para poder detectar la enfermedad a tiempo y evitar su propagación y aumentar las probabilidades de recuperación.