Beneficios en el paciente oncológico al dejar de fumar

Existen varios beneficios y puntos a favor cuando el paciente que padece de cáncer deja una conducta nociva para la salud, el tabaquismo

El tabaco es  un elemento que puede traer consigo varias comorbilidades y afecciones a quien lo fuma, pues el cigarrillo y los componentes del mismo como la nicotina suelen ser un “veneno discreto” para el organismo, ya que, aunque no es considerado como tal, cuando este producto ingresa al cuerpo el sistema inmune se autoataca alterando múltiples funciones.

Uno de los factores de riesgo para el desarrollo del cáncer suele ser el tabaquismo, algunos pacientes que padecen de la enfermedad han pasado por este hábito o lo mantienen, sin embargo, entidades de salud resaltan que dejar esta acción puede traer muchos beneficios no solo físicos sino de carácter integral. De acuerdo a la página Cáncer.Net, estos son los beneficios principales de dejar el tabaco:

  •  Mejor pronóstico respecto a la supervivencia.
  • Más seguro y eficaz el tratamiento.
  • Aparecen menos efectos secundarios en el cáncer.
  • Recuperación más rápida de la afección.
  • Menor probabilidad de una recurrencia.
  • Se reducen los riesgos de infección.
  • Mejora el sistema respiratorio.
  • Mejor calidad de vida.
  • Aumentan los índices de energía y vitalidad.

Riesgos de seguir fumando durante el cáncer

Cuando un paciente no deja de fumar al ser diagnosticado de cáncer, este accionar puede traer consigo no solo el desarrollo de otra condición sino impulsar un estadio mucho más crónico de la enfermedad base, estos son algunos de los efectos que puede padecer un individuo que no deja el hábito:

  • Peores y varios efectos secundarios luego de una intervención quirúrgica o extirpación de determinado tumor.
  • Síntomas mucho más intensos durante las sesiones de quimioterapia.
  • Repercusiones crónicas cuando se realiza una radioterapia.
  • Se aumenta el riesgo de que aparezca una recurrencia de la patología o en otros lugares se puede manifestar.
  • La probabilidades de contraer otras enfermedades es imperante.

Es importante que el paciente oncológico tenga en cuenta que si no cambia o mejora sus hábitos conductuales el pronóstico del cáncer a largo tiempo podría ser peor, asimismo el desarrollo de comorbilidades que están totalmente ligadas o relacionadas al tabaquismo.

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