Cuando hablamos de cáncer de colon y recto, nos referimos a un tipo de enfermedades malignas del tubo digestivo, intestino grueso y la parte que compromete el recto y el ano.

Lamentablemente, en lo corrido de los años, los casos de pacientes con tumor en el intestino grueso han aumentado, la mayoría de los bultos empiezan a formarse en la parte del intestino que está en contacto con la comida, llegando a afectar en
muchos casos otros órganos, siendo el más frecuente el hígado.

La mayoría de los casos de cáncer de colon se presentan por Poliposis, herencia genética o familiar. Sin embargo, existen factores de riesgo que pueden causar que tengas o no está enfermedad.

● Obesidad (cáncer de tiroides, cáncer de útero, cáncer de endometrio),
sedentarismo, alcoholismo, malos hábitos de sueño y estrés.

● Alimentos ahumados, uso excesivo de condimentos, dietas bajas en fibra y
comidas grasas.

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Las carnes y los embutidos, especialmente aquellas que han sido pasadas por diferentes químicos, en altas cantidades pueden ocasionar mayor riesgo de sufrir cáncer especialmente en hígado y en la vesícula biliar.

Es mucho más grave, cuando nuestros hábitos alimenticios van acompañados de diferentes factores como problemas de digestión, factores hereditarios, el cigarrillo, carencia en el consumo de frutas o las actividades deportivas, entre otros.

Síntomas

Aunque no es una sintomatología determinante de cáncer, si lo podemos manejar como una estrategia de prevención o para descartar esta enfermedad.

Algunos casos reportan: dolor abdominal, sensación de masa al palpar especialmente los que se encuentran en el lado derecho del cuerpo, anemia, heces manchadas de sangre y más delgadas de lo común y sensación de llenura.

Recuerda que el cáncer no debe ser considerado como un sinónimo de muerte, y puede tratarse como una enfermedad crónica si es diagnosticado a tiempo.

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